¿Para qué sirve el ácido hialurónico?
No es magia, es ciencia, es un componente natural que genera nuestro propio cuerpo, ayuda a nuestra piel a estar hidratada y elástica.
A partir de la veintena, la producción va disminuyendo y la piel empieza a perder firmeza. Por eso aparecen las primeras arrugas, y la flacidez. Es importante por ello, aportar una dosis extra desde fuera. Mi recomendación, el booster de ácido hialurónico orgánico, y las ampollas flash de Skeyndor. Junto con la aparatología, este podría ser el método para conseguir el rejuvenecimiento que el tiempo nos va arrebatando. La piel recupera hidratación, densidad y firmeza, consiguiendo un óvalo facial más equilibrado, terso y una piel más jugosa.
LAS AMPOLLAS, UN TRATAMIENTO INTENSIVO
Siempre digo que la base de cualquier tratamiento es la constancia, pero si necesitas un cuidado intensivo de forma exprés, las ampollas son las estrellas de la gama.
Hablamos de un tratamiento semanal compuesto por 4 ampollas altamente concentradas en ácido hialurónico, que aportan un extra de hidratación a zonas clave como frente, pómulos, mandíbula, el surco nasogeniano o el contorno facial. Su formato es en monodosis, cómodo y práctico de usar. Además, te lo puedes llevar a cualquier parte.
¿Todavía tienes dudas sobre el ácido hialurónico y su resultado? Pues pasa de la teoría a la práctica y empieza a usarlo. Para más información, ya sabéis que me encanta resolver vuestras dudas en el 868911009
Ángela Morente